¿Estás aburrida habitualmente? Se te pasa el día y sientes que no has hecho nada productivo, se te pasan las horas, los días… y sigues. Te empiezas a cuestionar, “la gente tiene vidas interesantes, hacen un montón de cosas, no paran de subir a redes planes… ¿y yo?”

Bueno si todo este mecanismo empieza tu crítica interna está a tope, siente que tiene el poder sobre ti y está consiguiendo que te sienta culpable, que te cuestiones tu calidad de vida, tu forma de vivir, y te preguntas qué estás haciendo mal.

Consejos cuando toda esta crítica se desencadena y ya no sabes ni porqué era

  1. Coge un poco de aire, esta parte crítica que hay en ti te dar una paliza mental importante, la crítica agota y te deja sin fuerzas, así que vamos a darle otro sentido a todo esto que te estás diciendo. Esta crítica la tenemos todas las personas, relax.
  2. (¿Ya deja que hablemos?, la crítica digo, que cuando se pone así de potente… a veces cuesta cambiar de tarea)
  3. Te pregunto, atenta, piensa, siente, en vez de criticarte por estar aburrida, ¿qué te gustaría decirte cuando estos pensamientos te vienen? No hay prisa, mira a ver que hay (cuidado que si no te viene nada rápido puede que aparezca la crítica, pero tranquila, estamos aprendiendo a convivir con ella, así que vuelve a ti y mira a ver, ¿qué dirías a una amiga que te dijese que está aburrida?)

Ahora mismo acabas de tratarte con un poco más de amabilidad, desde aquí, te va a ser más fácil ser responsable y auténtica contigo. Ahora sí, ¿qué te apetece hacer cuando tengas tiempo libre? ¿en qué te gusta pasar el tiempo?

Busca tu parte más auténtica

Cuando hablo de tu parte auténtica, hablo de tu esencia, de lo que a ti te gusta.

Hay veces que no sabemos responder a esta pregunta, ¿qué me gusta? ¿qué quiero? Si eso pasa es porque llevas tiempo adaptándote a lo que la gente a la que quieres le apetece, no está mal, era tu manera hasta ahora, y a partir de ahora puedes hacerlo consciente y hacerlo diferente.

Si no sabes bien qué te apetece, te animo a que te lo preguntes varias veces al día, el objetivo no es encontrar una respuesta, si no entrenar a tu cerebro, a tus sensaciones a esta pregunta. Si te la preguntas regularmente, tu cerebro se ira acostumbrando a tener este espacio para elegir, para tener lugar de pensar qué te apetece y sobre todo de la seguridad de que le vas a escuchar.

Lo quiero porque quiero o porque tengo que quererlo

Es importante pensar sobre si tus elecciones son tuyas, tomadas desde tu autenticidad o porque te han dicho que eso que haces es lo correcto, lo que se espera de ti.  Si has notado un pellizquito, te mando un abrazo. Buscar tu parte auténtica no siempre es fácil y hace que puedas sentirte perdida, sin saber muy bien en qué inviertes tu tiempo.

(si vuelve la parte crítica y te estás diciendo cosas feas, vuelve a respirar y a concentrarte en lo que estás leyendo)

Sentir aburrimiento está bien

Se que a lo mejor no es lo que esperabas leer, pero es cierto, el aburrimiento te da espacio para estar contigo. Así que, ¿qué hacer cuando estás aburrida? ESTAR, pregúntate, sin exigencias de productividad por favor, no busques tener “un producto” al finalizar tu tarea, un capítulo más, el armario mejor colocado…  no busques tener un producto por el hecho de sentirte mejor, HAZ LO QUE TE DE LA GANA, siendo responsable contigo y con tu entorno, busca actividades o tareas que te hagan sentir bien.

No porque estés aburrida estás deprimida o en el camino de ello. Lo que puede fomentar que tu tristeza siga y llegue a transformarse en depresión, o ansiedad es la forma que tienes de hablarte, de cuidarte.

Si sientes que el discurso interno que tienes, es decir la forma en la que te hablas, te hace daño, primero busca espacios para compartirlo con otras personas, cuéntalo, intenta fomentar esta parte auténtica, preguntándote qué te apetece, si no lo encuentras del todo, mira otras personas y mira que te gustaría para ti. Si llevas tiempo en este bucle, pide ayuda profesional.

A lo largo de este artículo, puedes ver varias técnicas para el autocuiado y has ido creando un diálogo interno más amable.

  • Consciencia plena
  • No luchar contra los pensamientos intrusivos y dejarte estar
  • Darle espacio a tu parte más auténtica, tu esencia
  • Posibilidad de pedir ayuda si lo necesitas

¿Hablamos?

Escrito por la psicoterapeuta Sonia Muñoz Paños