Los síntomas de la depresión y del duelo pueden llegar a confundirse, ambos estados comparten similitudes pero también cuentan con grandes diferencias.

Si te estás preguntando esto, seguramente tu proceso haya empezado por un duelo, pero tus sensaciones son “mi tristeza está durando demasiado” o “es demasiado para ser un simple duelo”. Esto quiere decir que estás teniendo en cuenta la intensidad y duración de tus síntomas. Esa es la clave para diferenciarlos; intensidad y duración, de lo que sientes, de tus pensamientos…

Es cierto que el duelo puede ser la antesala de una depresión, pero esto ocurre en el menor de los casos, y si es así, tiene un nombre específico, que más adelante te explico.

Similitudes entre duelo y depresión

  1. Sienes una profunda tristeza y abatimiento
  2. Tu sueño ha cambiado, ahora duermes más de lo habitual o apenas concilias el sueño
  3. Tienes la sensación de no haber descansado
  4. Dificultad para rendir en el trabajo, te cuesta retener información, tu capacidad de resolución de problemas es menor
  5. No disfrutas de tu ocio tanto como antes, los pensamientos intrusivos te atrapan por momentos
  6. Frustración

Diferencias entre duelo y depresión

DUELO

      • Es una emoción
      • Las emociones vienen como olas, habiendo tristeza, pero también momentos de añoranza y recuerdos de los momentos nutritivos y placenteros
      • Sigues con tus proyectos
      • Energía vital interrumpida en momentos por pensamientos intrusivos
      • Dedicas tiempo a pensar en cómo funciona la muerte, a quién le puede pasar…

DEPRESIÓN

      • Es un trastorno del estado del ánimo
      • La tristeza y la irascibilidad son los estados de ánimo protagonistas durante la mayor parte del día
      • Desmotivación y apatía
      • Pérdida de energía
      • Pensamientos de muerte recurrentes (suicidio)

Cómo solucionarlo

En ambas situaciones, ya sea duelo o depresión, NO INFRAVALORES LO QUE SIENTES, tus emociones son importantes. Si crees que es demasiado intenso para ti y tienes la sensación de que la situación escapa a tu control, pide ayuda profesional, ya sea a un médico de cabecera o a un psicoterapeuta.

Cuéntalo, habla con tu entorno más seguro sobre cómo te sientes, solo así podrán apoyarte y respetarte, tenerte en cuenta e incluso a veces hasta cuidarte.

Para superar el duelo, como comenté en el artículo anterior, es necesario atravesar el dolor, es parte del camino hasta la estabilidad emocional. El duelo es una adaptación emocional que nos ayuda a comprender la pérdida, nos obliga a hacer los cambios necesarios en esta nueva realidad sin esa persona.

El duelo, duele.

Cuidado, no niegues lo que sientes, es habitual escuchar eso de “el tiempo lo cura todo”, lo siento, pero no es cierto, es lo que hacemos durante ese tiempo lo que marca la diferencia. Es obvio ¿no?, si sigo tomando las mismas decisiones, mi lugar no será diferente.

Un duelo, si no se mira, si no se atraviesa, puede cronificarse. Y entonces pasará a denominarse, duelo complicado o patológico. Aun así, seguirá sin ser depresión, lo que significa que no tendrá la misma intervención.

Puede que tengas la sensación de que no se va a pasar nunca, por lo tanto tiendes a huir de esa emoción y no la dejas estar en tu día a día “suficiente la siento cuando aparecen los pensamientos intrusivos”

Lo siento, pero si lo niegas, si huyes de sentirlo, tu situación no va a cambiar.

Compártelo, aislando y ocultando ese sentimiento será muy difícil superarlo, déjate ayudar. Habla, pide ayuda, escribe sobre ello, dale un lugar consciente en tu vida. Con eso quiero decir que conscientemente dejes que esas emociones vengan, se consciente de cuándo las evitas. Identifica tus momentos de disfrute, y si llegan esos pensamientos intrusivos, no dediques tus esfuerzos a intentar rechazarlos; trabaja en redirigir tu atención en lo que sí quieres pensar, donde sí quieres estar. Puede ser muy complicado, pero ahí entra el trabajo psicoterapéutico para ayudarte y enseñarte todo el proceso.

Ánimo, va a pasar.